Salta y nuestra primera parrillada en Argentina

Y por fin llegamos al norte de Argentina, a una ciudad con un nombre muy simpático : Salta. Es una ciudad con iglesias majestuosas y coloridas y con muy buen ambiente. Además, es la tierra de los gauchos, jinetes intrépidos que domaban el ganado salvaje.

En Salta nos alojamos en el hostal « 7 Duendes », bastante práctico para lavar la ropa a mano y para cocinar. Una de las noches, a Fred le entró la morriña y se empeñó en hacer crêpes. Tras tres intentos con sartenes distintas, sólo consiguió hacer un estropicio y mucha loza para lavar. Obviamente, en los hostales no hay sartenes en condiciones y nuestra obra maestra culinaria consistió en un revuelto de masa de crêpe con huevo, jamon de york y queso :).

La visita al supermercado de al lado del hostal nos dejó estupefactos. El carrito de la compra típico de los salteños sólo contenía kilos y kilos de carne con litros y litros de bebidas gaseosas. O las familias eran muy numerosas en el norte de Argentina, o ahí teníamos la explicación de por qué todos estaban gordos sin excepción.

Una de las tardes en el hostal pudimos ver a qué se asemeja una tormenta tropical. El día había estado bastante cargado y a eso de las cuatro de la tarde la tormenta se desató. Nunca había visto llover con tanta violencia y con esa intensidad en tan poco tiempo. El viento empezó a arrastrar las sillas y mesas de plástico, el agua empezó a colarse en todas las habitaciones y la recepción se inundó completamente. Hubo que ayudar al recepcionista con el cepillo y la fregona porque la situación se le escapaba de las manos. Por lo visto, Octubre aún era pronto para las tormentas de la época de lluvias, pero esta vez se había adelantado. ¡Qué suerte la nuestra ! Una muestra de lo que vimos :

En Salta visitamos el Museo de Arqueología de Alta Montaña.Es un museo dedicado a la labor de los montañistas para descubrir elementos históricos difícilmente accesibles. En este museo estaban expuestos muchos elementos de la cultura andina que ya conocíamos, pero lo más interesante era la exposición del « Niño de  Llullaillaco  » y « La Reina del Cerro ». Unos montañistas habían encontrado a 5500 metros tres momias utilizadas durante sacrificios incas. Los cuerpos estaban perfectamente conservados gracias al frío y el ajuar de la ceremonia había permanecido completamente intacto. Se sabe que los niños era de la nobleza por la forma de su cabeza, ya que los incas deformaban la cabeza de los niños nobles hasta conseguir una forma cónica (tipo Alien).

Sólo hay un cuerpo expuesto cada vez y el museo dispone de muchos elementos tecnológicos para controlar la humedad, temperatura y exposición a la luz de los cuerpos. Es por eso que las fotos están completamente prohibidas y no pudimos llevarnos ningún recuerdo gráfico de esta parte del museo. El diseñador del museo ha tratado de respetar al máximo las creencias y sensibilidades de los visitantes, por lo que el cuerpo se encuentra detrás de una pared con un cartel que advierte que la visión de la momia podría herir susceptibilidades.

Yo estuve dudando durante un momento si entrar a ver la momia o no y al final me decidí. El Niño estaba sentado, con las rodillas cerca del mentón y la cara mirando hacia el pecho. Las ropas estaban en un estado perfecto y la piel aún conservaba el color típico de los niños andinos. El Niño tendría unos 7-8 años cuando fue sacrificado y, por la expresión de su rostro, su muerte debió ser indolora.

En el museo también se encontraban los restos de la momia « La Reina del Cerro », pero su tumba había sido saqueada y el museo había reunido a duras penas las piezas que constituían su ajuar. Yo no quise mirar esta vez, pero Fred encontró esto detras del cristal (pulsar en el botón si se quiere ver la foto, puede herir susceptibilidades) :

Una de las noches en Salta la pasamos en una peña. Son restaurantes de parrilladas que hacen espectáculos folclóricos durante la cena. Nosotros fuimos al Patio de Balcarce, con muy buena nota en Tripadvisor, y la cena, el ambiente y el espectáculo fueron muy buenos. Lo malo es que los italianos que inmigraron a Argentina exportaron la maldita costumbre de cobrar por el pan y el cubierto, por lo hubo esa sorpresilla en la cuenta.

Pedimos una parrillada para dos y empezamos a deleitarnos con la carne y el buen vino argentinos. Yo creo que las vacas viven en Argentina muy felices, porque la carne es excelente. Los cortes de la carne son distintos de los europeos y saben cocinar la carne, porque aunque los trozos que sirven son bastante gruesos pero la carne no está cruda por dentro.

El espectáculo consistía en mostrar la parte festiva-tradicional de la cultura gaucha. Hubo canciones y bailes y también participacion del público. Una gaucha vino a nuestra mesa para pedirme permiso para sacar a bailar a Fred. Yo le dije que por supuesto que tenía mi permiso, pero Fred dijo que necesitaba más alcohol en sangre para salir a bailar delante de todo el mundo. ¡Aburrido ! La verdad es que todo el restaurante, lleno de argentinos, conocía las canciones y sabían bailar, por lo que Fred hubiera hecho un poquito el ridículo :).

Los bailes gauchos nada tienen que ver con otros bailes sudamericanos. Son muy púdicos y entre el hombre y la mujer hay mucha distancia. Alguna vez que otra se acercan y agarran el mismo pañuelo, pero nada más. Lo más sorprendente es el traje típico de los chicos, que es bastante femenino con pantalones que paracen faldas.

Tras salir de la peña folclórica nos encontramos una reunión improvisada de bailarines de tango en mitad de una plaza. ¿¡¿Todo el mundo baila en Argentina ?!? Todos bailaban de una forma muy elegante y me prometí a mí misma, viéndolos, que en Buenos Aires iba a tomar clases de tango de forma obligatoria.

Salta también es conocida por ser un buen lugar para hacer rafting, pero ante la imposibilidad de formar grupo y los precios elevados para un tour privado, decidimos descartar esta actividad. Nos pusimos en contacto con Martín, de Aldea Luna, y convenimos que al día siguiente llegaríamos a su granja ecológica para realizar un voluntariado de una semana.

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One Response to “Salta y nuestra primera parrillada en Argentina”

  1. Valeria says:

    Chicos! deciros que me encanta leer vuestras historias..!ver las fotos..marta siempre sales saltando..y aprender de tus comentarios..espero la siguiente entrega con impaciencia.

    Seguir disfrutando..
    Un beso fuerte desde Ginebra con nieve en los talones a 2 grados.
    Imagina lo que agradezco una mirada al sur.
    Abrazos
    Valeria

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