Tomamos un autobús de noche desde Trujillo, un poco infierno la verdad, ya que llegó a destino a las 5.30 de la mañana, pero no había otra opción. Nos bajamos todos del autobús y, como de costumbre, todos los guiris nos dirigimos hacia la Plaza de Armas. Allí estaba nuestro hotel, Kuélap hotel, donde por suerte nos dejaron subir a la habitación. No pudimos tomar una ducha ya que el baño compartido olía infernalmente mal y […]