El choque al llegar a Sydney fue brutal. Tras veinticinco días de paz y tranquilidad en Nueva Zelanda desembarcamos en una ciudad llena de ruidos, prisas y tráfico. Todo el mundo estaba vestido de forma bastante “chic”, comercios abiertos veinticuatro horas y fiesta por todas partes. En definitiva, lo opuesto a lo que habíamos encontrado […]