Nueva Zelanda, parte 1: recorriendo la isla norte

 

Disponíamos de unos diez días para visitar una parte de la Isla Norte y pensamos que lo mejor era hacer la parte al norte de Auckland. Nos perderíamos Rotorua o The Hot Water Beach, pero había que elegir.

El primer contacto con la conducción a la izquierda no fue evidente: las rotondas se hacen del revés, los carriles lentos están a la izquierda y no a la derecha o tienes que pensar qué carril tienes que tomar al salir de un parking…. Si esto no fuera poco, dentro de la furgoneta también había algunos cambio sutiles en los mandos, así que cada vez que Fred quería poner el intermitente, acababa dando el limpiaparabrisas y yo me llevaba unos sustos tremendos :). Poco a poco fuimos cogiendo el tranquillo, Fred como conductor y yo como copiloto, pero cada mañana teníamos que acordarnos que en Nueva Zelanda se conduce al revés.

Empezamos nuestro recorrido por Uturreti y las cascadas Whangarei. Es estupendo hacer noche en un cámping y levantarse por la mañana con la playa al lado. Desayunas y directo al agua 🙂

Hay un sitio muy especial en la Isla Norte que se llama la Ninety Mile Beach. Es una playa que abarca 88 kilómetros y que sirve como autopista, ya que es más rápido viajar por ahí en vez de utilizar la carretera interior, que está llena de curvas. Sólo hay que disponer de un coche 4×4 y tener en cuenta las mareas, porque más de un coche se ha quedado atrapado en el agua. Al menos te avisan por todas partes que en esa playa conduces por tu cuenta y que sólo tú asumes los riesgos. Pudimos ver autobuses que circulaban con japos tomando mil fotos y gente que iba de un pueblo a otro pasando por allí. Nosotros no pudimos entrar por dos razones:
– Nuestra furgoneta no era 4×4 y se quedaba atascada con un poquito de arena
– El seguro no nos cubría la conducción por esa playa

Nos pasó una cosa muy curiosa buscando una entrada para acceder a esta playa. Resulta que a veces no hay accesos públicos y en el caso de que haya un acceso privado, hay que pedir un permiso especial para poder entrar. Buscando, buscando encontramos una entrada privada donde el dueño pedía un dólar para poder pasar y había puesto un bote en la puerta. Los Kiwis son muy honrados y había un montón de monedas dentro. Lo mejor de todo fue que al final del camino había un cámping que no aparecía en ninguna guía. Al vernos llegar, el señor que gestionaba las instalaciones nos preguntó que cómo lo habíamos encontrado y le dijimos que simplemente por casualidad. Fue una gozada pasar la noche al lado de la Ninety Mile Beach acampando acompañados de unas cuantas personas sólo.

Si se conduce hacia el norte en la Ninety Mile Beach, se llega a otro sitio muy bonito que es el Cabo Renga, situado en una península de Aupori. Cuenta la leyenda que el primer viajero en llegar desde Hawaiki, de donde partieron los maoríes, decidió que el Cabo Renga sería el lugar desde donde comenzaría el viaje del espíritu de lo maoríes fallecidos en Nueva Zelanda.

Las playas de la Isla Norte están casi siempre desiertas y, gracias al viento, son spots perfectos para practicar kitesurf. Fred aprovechó toda una tarde para pasear su cometa de nueve metros.

En Goat Island aprovechamos para hacer un poco de snorkeling y ver los pececillos del lugar. He de confesar que no aguanté mucho tiempo en el agua, porque estaba fresquita, fresquita y sin neopreno no pude resistir mucho tiempo. La verdad es que el verano en Nueva Zelanda es un poco timo, porque no es verano de verdad. El agua está bastante fría y el tiempo puede cambiar de soleado a lluvioso en menos de veinticuatro horas.

Por último comentar que nos sorprendió mucho que casi todo el mundo practicaba deporte al aire libre. Se podían ver coches cargados con kayaks, tablas de surf, barcos, etc… Parece que los papás inculcan este tipo de vida a sus hijos desde pequeñitos.

 

Algunos consejos para visitar Nueva Zelanda

 

Aunque no lo parezca, Nueva Zelanda es bastante grande y para visitar en profundidad y completamente los dos islas se necesitan, al menos, dos meses. La elección del itinerario va a gusto del consumidor, dependiendo de gustos y tiempo disponible. Hay opiniones para todos los gustos, pero creo que la Isla Sur es más turística que la Isla Norte, con las ventejas y desventajas que ello conlleva. Nosotros disponíamos de 24 días y queríamos visitar las dos islas. Siguiendo el consejo de otros viajeros que nos encontramos por el camino, decidimos pasar 9 días en la Isla Norte y quince en la Isla Sur. Nuestro itinerario fue este:

 

Ver NorthIsland en un mapa

Ver South Island en un mapa

 

Para planificar el itinerario, hay que tener en cuenta que no hay autovías, sólo vías de doble sentido, y las carreteras tienen bastantes curvas, por lo que como máximo se puede circular a 100km/h. Las carreteras siguen la forma del terreno (aquí no creo que conozcan la palabra desmonte), por lo que hay sitios en los que las cuestas son bastante pronunciadas, con sus consiguientes bajadas. Dependiendo del tipo de vehículo que conduzcas, esto puede significar que en las subidas tu velocidad sea 50km/h, pero lo bueno es que cada pocos kilómetro hay una vía adicional para realizar adelantamientos.También hay que tener en cuenta que Nueva Zelanda es muy boscoso y que muchos animales atraviesan la carretera, por lo que no se puede conducir como un loco. Nosotros de media tuvimos una velocidad entre 70 y 80 km/h. Para tener una idea sobre el tiempo necesario en los desplazamientos, pinchad aquí.

 

 

En mi opinión, creo que la mejor forma de visitar Nueva Zelanda es de cámping o en furgoneta: el país está diseñado por y para la acampada. Hay cámpings privados (como los típicos en Europa), pero también están los cámpings DOCs, que pertenecen al gobierno. Hay de varios tipos entre los DOCs, algunos más lujosos que otros, pero en general son baratos (de gratis a 20NZD (11.94EUR) por persona) y siempre están equipados con agua y servicios. Los servicios son de tipo seco, es decir, se excava un agujero en la tierra y todos los deshechos van a parar ahí. Unas bacterias se encargan de descomponer los restos fecales y hay un sistema de ventilación para que el servicio no huela a orines y heces. Por lo general suelen estar bastante limpios y siempre disponen de papel higiénico.

 

Nosotros nos decantamos por alquilar una furgoneta, porque así nos ahorraríamos las noches de hoteles. La alquilamos en Rental Car Village, una compañía familiar con precios bastante competitivos y con buena reputación la web. En su página web puedes encontrar varias modalidades de alquiler:

– Recogida y entrega de la furgoneta en Auckland

– Recogida y entrega de la furgoneta en Christchuch

– Recogida de la furgoneta en Auckland y entrega en Christchurch

– Recogida de la furgoneta en Christchurch y entrega en Auckland

 

Nosotros optamos por hacer una recogida y entrega en cada isla. Eso implicaba tener que comprar un vuelo entre en Auckland y Christchurch, pero echando cuentas, así era más barato. El alquiler nos costó 1530NZD (913.41EUR), durante 21 días.

La furgoneta disponía de una sofá/cama doble, una mesa desplegable dentro de la furgo,una cocinilla con horno, material para cocinar, mosquitera y una lona para poder ocultarte de la vista de todo el mundo en caso de tomar una ducha. También se podían alquilar otros extras como mesa y sillas, dvd, ducha solar o frigorífico. En general, la furgoneta nos resultó muy cómoda y estaba en bastante buen estado, pero me faltó un cable para conectar mi propia música, ya que en Nueva Zelanda sólo se sintoniza la radio en las zonas urbanas. Otra de las ventajas es que la furgoneta era automática y esto ayudaba cuando había que concentrarte en conducir a la izquierda. Lo malo es que el sistema automático no es lo mejorcito en las cuestas abajo, ya que es imposible utilizar el freno de motor. Por último, el motor no era muy potente, por lo que en las cuestas perdíamos bastante velocidad, aunque los neozelandeses están acostumbrados y no se sorprenden al ver ralentizar mucho una furgoneta en las subidas. ¡Ah! Y Car Rental Village sólo tienen furgonetas blancas sin ningún tipo de logotipo, no como las furgonetas de otras compañías, con las que se ve a la legua que eres un turista.

El precio de los combustibles en Nueva Zelanda es más o menos como en Europa, varía entre 1.99 y 2.44 NZD (26.27EUR). En los pueblos aislados es donde es más caro y en las ciudades es donde es más barato. Hay que tener cuidado con no llevar el depósito demasiado vacío, ya que hay en sitios donde la gasolinera más próxima está a 100Km. Sobre todo, en las entradas a las penínsulas hay que fijarse dónde está la última gasolinera, normalemente hay un cartel indicándolo. Se puede abaratar el coste del fuel utilizando los vales que entregan en algunos supermercados.

La comida es cara, en general, y la que se encuentra en los supermercados no es muy buena. Esto es porque casi todos los neozelandeses son autosuficientes: cultivan sus propios huertos, tienen ganado y cuando quieren comer pescado van a pescar. El neozelandés que no vive en las ciudades casi no pisa en los supermercados, porque son caros y ellos disponen de la mayoría de los productos. Sólo hay una cadena, ForSquare, que está en más o menos todas las ciudades, pero sus precios son abusivos. En las grandes ciudades se pueden encontrar otros supermercados como Pack&Save o NewWorld. Lo mejor es intentar cargar el máximo posible en las grandes ciudades y limitar las compras en otros sitios.

 

En cuanto a comucaciones Nueva Zelanda es bastante “tercermundista”. Para empezar no hay cobertura en la mayoría de los sitios y, para seguir, radio tampoco. Compramos una tarjeta SIM de la compañía 2degrees y casi no pudimos utilizarla, ya que es una operadora low cost y se conecta a la red de VodafoneNZ. No obstante, aunque VodafoneNZ es quien más cobertura tiene en todo el territorio neozelandés, hay demasiados puntos negros en los que la señal nunca llega. Hablar de internet es casi una utopía. Va lento, es demasiado caro y en la mayoría de los hostales y cámpings te cobran cantidades desorbitadas por utilizarlo. Las cabinas de la compañía *Telecom nos salvaron la vida, ya que algunas veces ofrecían wifi gratuito. No hay este tipo de cabinas en todas las ciudades y pueblos, pero si las hay, suelen estar cerca de los i-Sites. Utilizadlas porque os ahorrarán bastante dólares.

Si quieres conseguir algo de dinerillo, se puede pedir un visado working-holiday (consulta antes si tu nacionalidad es adecuada para este visado). El tipo de trabajo que ofrece más posibilidades son los trabajos en granjas o como recogedores de fruta. Está bastante bien pagado, aunque la tarea es dura. Si sólo quieres viajar más tiempo y gastar poco dinero, siempre queda la opción del WOOFING.

 

Por último una breve referencia al idioma. Aunque ellos hablen inglés y tú hayas estudiado el idioma de Shakespeare durante años, no significa que vayas a entenderlos. Su inglés es muy muy cerrado, con una pronunciación muy fuerte, y en algunos casos nosotros asentíamos como unos tontos sin entender nada. Id preparados porque no es el inglés de Estados Unidos o Australia, que se entiende perfectamente. ¡Ah! Y el inglés de los maoríes es aún más difícil de entender que el de los descencientes europeos….

Notre Dame du Bon Vent

Bueno Aires est la dernière étape de quatre mois de périples en Amérique du Sud. C’est le genre d’endroit qui véhicule tant de fantasmes, via la litérature, le cinéma ou tout simplement le Tango, qu’on ne sait pas à priori si on va aimer, mais on sait qu’il ne nous laissera pas indifférent.

Nous logeons dans le micro-centre, dans deux hôtels: le premier Down Town Maté que nous quittons rapidement car le prix en Peso Argentins est plus élevé que le prix en Dollars, et nous ne sommes pas là pour alimenter le marché noir argentin (Rappel: les citoyens Argentins ne peuvent pas acheter qu’une quantité limitée de Dollars Américains, c’est pourquoi un gros marché noir de devises existe). De plus la cuisine est muniscule et sans aération, chose insupportable pour un français. Le second, Kaixo avec une déco beaucoup plus sympa et plus d’espace.

Notre premier achat a éte le guide rues+bus “Guia-T” (ARS12 (0.00EUR)), indispensable pour ne pas se perdre á Bueno Aires, et même tenter de prendre le bus (attention, même avec le guide ce n’est pas facile). En effet, toutes les lignes de bus sont privées, et gérés par des compagnies différentes. Du coup, en cas de changement de bus, il faut repayer un ticket. La conséquence de ce système, c’est que, au lieu d’avoir quelques dizaines de lignes de bus sur les axes principaux, il y en a plus d’une centaine, reliant tous les couples de points possibles et imaginables.

 

Nous commençons notre visite par le “Microcentro” où nous voyons l’Obélisque et la Maison Rose (Casa Rosada), puis “Puerto Madero”. Puerto Madero est l’ancien port commercial/industriel de Buenos Aires, maintenant converti en port de plaisance, et zone de restaurants aux pieds des immeubles du quartier d’affaires. Nous y visitons la frégate commandée par le président Sarmiento et qui d’ailleurs porte son nom. Bien qu’armée de torpilles, cannons et mitraillettes, ce navire n’a jamais participé à une bataille. Il a éte utilisé comme bateau-école et à parcouru le monde entier lors de ses 33 voyages.

Contrairement à Londes, Buenos Aires sous la pluie, ça n’a rien de glamour: personne ne sort dans la rue, les commerces sont fermés, et, vu que c’est des pluies tropicales, en 2 minutes on est trempés jusqu’aux os. Nous arrivons quand même à aller jusqu’au musée Evita Perón, personalité ultra-populaire en Argentine.

Pour faire une biographie succinte, disons que sa vie n’a pas super bien commencé. Elle est la fille illégitime de Juan Duarte et Juana Ibarguren. Juan Duarte avait deux femmes et menait une double vie. Lors de sa mort, seule la famille légitime a pu assister aux funérailles, et l’autre famille s’est retrouvée dans le dénument le plus total. Ce n’est pas qu’une annecquedote mélo-dramatique: cet évènement va influencer tout le reste de sa vie.

Donc suite à ce évènement, Juana Ibarguren déménage et commence à travailler comme couturière. Evita, qui a cette époque n’avait pas pris de pseudonyme et s’appellait María Eva, va à l’école. Là ses professeurs se rendent compte de son carisme et l’orientent vers une cariere d’artiste du spectacle. A 15 ans, elle s’en va pour Buenos Aires. Elle décroche quelques petits rôles comme actrice, puis commence une carrière à la radio, média qui la portera jusqu’au sommet.

Elle rencontre son futur mari, le général Perón, suite à un tremblement de Terre. Ce tremblement ayant détruit une grosse partie de la ville de San Juan, Perón, à ce moment-là président d’Argentine, a l’idée d’organiser un concours: ceux qui arriveraient à lever le plus de fonds recevront de sa main les honneurs nationaux, lors d’un gala. Son travail et son carisme lui ayant permi de récolter une somme importante, elle fait partie des lauréats. Péron et Eva Ibarguren se marient quelques mois plus tard.

Devenue première dame d’Argentine, elle ne contentera pas du rôle de potiche traditionnellement attaché à cette fonction. Sa première mission fut d’effectuer une tournée diplomatique, afin d’étudier les systèmes d’aide sociale des autres pays. Peu après être rentrée, elle fonde l’association Evita Perón (tout comme le général Saramiento pour sa frégate, elle ne s’est pas trop foulée pour le nom). Le but de cette association est de receuillir les mères célibataires. Si vous avez suivi, vous avez compris à quel point son enfance a influencé sa vie politique.

Sa fondation a été le support de toutes les aides sociales qui a l’époque n’étaient pas encore géré par le gouvernement: de la formation des infirmières dont le pays manquait, à l’organisation des colonies de vacances pour les enfants d’ouvriers.

Ses idées et sa manière de communiquer avaient de forts accents socialistes. Et ce n’était pas du goût de tout le monde. Certains la considèraient comme une sainte, tandis que d’autres l’accusaient d’influencer la politique de Perón.

Quoiqu’il en soit son apport dans la lutte pour l’égalité homme-femmes est indéniable. Elle est à l’origine du droit de vote des femmes en Argentine, 2 ans après la France , 54 ans après la Nouvelle-Zélande, et 58 ans avant le Koweit (pour situer). C’est d’ailleurs la titulaire de la carte électorale 0000000000001.

Elle mourrut à 33 ans d’un cancer, ce qui a contribué à sa légende: morte jeune, le pouvoir n’a pas eu le temps de la corrompre, et son bilan est ainsi resté largement positif. Les images de ses funérailles, sont impressionnantes, avec environ 3 millions de personnes accompagnant le cortège funèbre.

Un seul aspect n’est pas abordé dans le musée: le financement des oeuvre caritatives d’Eva Perón. Un rapide coup d’oeil sur Wikipédia nous apprend qu’elle a commencé par fonctionner uniquement avec des dons pour ensuite être soutenue par le gouvernement à partir de 1940.

 

Retour au 21ème siècle: nous passons l’après-midi dans le quartier nommé Palermo, à l’ambiance “alternative”. Mais derrière les vêtements hippies se cache un vrai sens du commerce: les bars et les boites de nuit se transforment pendant la journée en magasin de vêtements/bijoux/déco. L’espace est ainsi rentabilisé aux maximum. Le meilleur c’est que la plupart des bars continuent de fonctionner et servent en terrasse: si on en a marre de faire les boutiques, on peut s’asseoir boire une bière.

Le soir, direction la milonga  “La Rotonda”. Les milongas sont des RDV pour danseurs de Tango. En général il y a une scène avec des musiciens surmontant une piste de danse entourées de tables. Celle-ci a la particularité de se dérouler en plein air, à l’ombre d’un kiosque à musique (qui ici au moins sert à quelque chose). Pas de musique “Live”, c’est tout simplement un habitué qui amène sa sono portative.

Le lendemain, nous faisons une visite guidée de la ville avec John. Le principe: pas de prix fixe, mais il faut donner un pourboire à la fin de la visite. Il connaissait vraiment bien la ville, mais en tant qu’anglais, il lui manquait le petit côté italien qui font le charme des argentins (qui sont en grande partie descendants de migrants italiens).

Nous voyons dans le désordre: le congrès, la Plaza de Mayo, où John nous explique l’histoire des Mères de la la Place de Mai. Il nous explique également comment l’équipe de tournage du film biographique Evita joué par Madonna, a dû soudoyer quelques fonctionnaires afin de pouvoir tourner dans la Casa Rosada. Et il nous raconte l’opulance puis la décadence de Buenos Aires, etc, etc.

Mais Buenos Aires, c’est surtout le TANGO. Nous voulons apprendre à le danser, et pour des mauvais élèves, il faut un bon professuer. Nous prenons donc des cours particuliers avec Alejandro Gee, excellent prof (70USD (53.90EUR) pour 1h30).

Alors en gros, pour danser le tango, il faut sortir le buste à fond, être un peu cambré, mais pas trop, mettre son poids sur les métatarses, et se coller à sa/son partenaire en un seul point: le plexus. Et sans parler il faut marcher de manière synchronisée: l’homme pousse et la femme recule, mais tout en maintenant le point de contact histoire de pas perdre la communication. C’est encore plus difficle que ça en a l’air, en 3h on arrivait à peine à marcher synchro, qui est la base pour apprendre ensuite les pas, la navigation (histoire d’éviter les colisions avec les autres danseurs)…

Sans parler de la tenue: le short et les tongs, ça le fait pas trop. Il faut un costume et une robe de soirée, et… des chaussures de Tango, que l’on trouve bien sûr dans les magasins de Tango. Nous ne saurons jamais ce qu’elles ont de plus que des chaussures normales, si ce n’est le prix et le style.

Visite importante: le cimetière de la Recoleta. C’est le permier cimetière de Buenos Aires, fondé 380 ans après la ville. En effet, au début les corps étaient enterrés autour des églises, voire dans l’église elle-même pour les personalités importantes. A l’origine cimetière catholique, il s’est ensuite ouvert aux autres religions, ce qui explique le Christ agonisant en marbre d’Italie et la référence à Dieu sur le fronton. Les tombes ne sont pas en concession: ce sont des propriétés privées qui s’achètent et se vendent comme des appartements (environ 30 000 USD (23,100.00EUR) la tombe).

Il faut absolument suivre une visite guidée, qui en plus est gratuite. Nous sommes tombés sur Alicia, super guide qui racontait les choses de manière très vivante, teinté d’une petite dose d’humour noir, tout à fait opportun dans ce genre d’endroit. De nombreux personnages historique y sont enterrés, mais la tombe la plus visitée est sans conteste la tombe d’Evita Perón, dont la guide nous raconte l’histoire.

A la mort de son épouse, Perón a fait venir un médecin espagnol spécialiste de l’embaumement. Grâce à lui le corps a pu être exposé pendant un an et demi dans les locaux de la CGT (selon les veux de la défunte), reçevant ainsi la visite de miliers de personnes.

Un général chasse l’autre: un coup d’état militaire oblige Perón à s’exiler. C’est le général Aramburu qui est élu président, et il est anti-peroniste à mort. Senant que Evita jouissait d’un status de quasi-sainte, il décide de lancer sa milice à l’assaut de la CGT afin de voler son cadavre. Le seul mort qu’il y eu pendant cette opération fut l’épouse de l’officier chargé de garder le cadavre chez lui. Enceinte, s’étant levée pendant la nuit, son époux a pensé que des peronistes s’étaient introduit chez lui et dans l’obscurité a tiré sur sa propre femme.

Aramburu, par prudence, décide de sortir le corps d’Argentine, et il voyage en Suisse, en France, en Espagne, pour finalement finir en Italie dans le cimetière Maggiore de Milan, sous le nom de Maria Maggis de Magistris.

Pendant ce temps, des peronistes kidnappent Aramburu et l’assassinent. Le corps d’Aramburu sert de monnaie d’échange pour récupérer le corps d’Evita, qui fini par revenir à Perón et sa nouvelle femme, Isabelita, exiliés à Madrid. Selon la légende, le cerceuil était entreposé sur la table du salon.

Aramburu assassiné, de nouvelles elections ramènent Perón au pouvoir, qui décède quelque temps après. C’est l’occasion de rapatrier le corps d’Evita afin de l’enterrer auprès de son mari dans le jardin du palais présidentiel.

Enfin, dernière translation: le gouvernement provisoir qui a fait suite à la mort de Perón décide qu’Evita doit reposer dans le mausolé de la famille Duarte, dans le cimetière de la Recoleta, pas très loin d’ailleurs de la tombe de Aramburu.

Fin de l’histoire (pour le moment), au moins les employés des pompes funèbres ne doivent pas manquer de travail.

Une fois l’histoire racontée, Alicia notre guide nous conseille de ne pas tenter de comprendre l’histoire de l’Argentine, sous peine de finir aussi fou que les argentins.

Autre figure tout aussi emblématique que Evita Perón: Carlos Gardel, qui n’est pas l’inventeur du Tango, mais son plus illustre ambassadeur, qui, en la faisant passer par Paris, a transformé cette danse auparavant réservée aux dockers et aux prostituées, en un élément du partimoins national.

Comme toute légende qui se respecte, Carlos Gardel mouru jeune, à une époque où les aiguilleurs du ciel n’existaient pas encore, d’une collision entre deux avions lors d’une tournée en Colombie. Son corps fut exposé dans toute l’Amérique du Sud, et mis 6 mois avant de rejoindre Buenos Aires.

Petit tuyau pour arrêter de fumer: il faut tout simplement mettre sa dernière cigaratte dans la bouche de la statue qui orne la tombe de Carlos Gardel. Ainsi Carlos fume à la place de l’ancien fumeur, sans risque pour sa santé puisqu’il est déjà mort.

Il serait possible de parler encore longtemps de cette ville et de ses habitants, mais ce post commence à être suffisement long. D’ailleurs si vous êtes arrivé jusqu’ici, félicitations. Pour résumer, disons que nous avons visité La Boca, le quartier populaire, qui abrite la fameuse équipe du Boca Junior, nous sommes allé, en pantalon de trekking, à une milonga très élégante avec Cyrille et Sandrine (ce qui nous a permis de relativiser sur notre niveau en Tango), nous avons vu la fameuse “mirada argentina”, qui consite à déshabiller du regard, sans aucun type de gène, les passantes porténoises, nous avons écouté d’interminables conversations téléphoniques, digne d’un feuilleton télévisé, nous avons entendu beaucoup de tango venant d’appartement aux fenêtres ouvertes, et bien entendu nous avons entendu les argentins se plaindre sans cesse de leur gouvernement actuel ainsi que des précédents…

Seuls regrets:

  • ne pas avoir pu assister à un match de foot dans le stade de La Bombonera. La saison était terminée, et de toute facon il est quasiement impossible d’obtenir une place sans passer par le marché noir
  • ne pas avoir pu visiter Tierra Santa, le seul parc d’attraction catholique du monde avec hommes sandwich déguisés en pierre des 10 commandements, romains, etc… qui promettait d’être kitsch à souhait. Malheureusement, en été, il n’ouvrait que le weekend et nous n’avions que 5j à Buenos Aires

Nous finissons notre séjour de manière un peu catastrophique. Le jour de notre retour (provisoire) en Europe, nous prenons le bus public jusqu’à l’aéroport. Ca ne coûte que 4 ARS (0.56EUR) mais il faut compter 2h pour faire les 30 km séparant le centre-ville de l’aéroport international. Nous voyons donc défiler les numéros de rue, jusqu’au 100 000 (à Buenos Aires les rues sont longues et les numéros changent de centaine à chaque pâté de maisons), puis nous sortons de la ville et voyons enfin l’aéroport. Sitôt arrivé nous nous apercevons que quelque chose ne va pas: notre vol n’est pas affiché sur l’écran des départs. Renseignements pris, notre vol a été transféré à l’autre aéroport, il y a quelques mois de cela. TAM avait fait ce qu’il fallait en ré-émittant notre ticket et nous avions bien deux emails d’itinéraire: un ancien partant de l’aéroport national et un nouveau partant de l’aéroport domestique. Seulement le problème, c’est que la veille du départ nous avons regardé le mauvais email. L’aéroport domestique est en plein centre-ville, donc il faut refaire les 30km en sens inverse. Il nous reste 2h15 avant le décollage, et prenons donc un taxi pour aller le plus rapidement possible au bon aéroport.

Le chauffeur de taxi, volubile et sympatique comme tous les argentins mais un peu rasciste sur les bords (comme beaucoup d’argentins également) connaît la ville par coeur et contourne les embouteillages de la voie rapide en passant par les rues. Il est quand même pessimiste car c’est l’heure d’affluence, et l’expérience lui donne raison: nous mettons 2h15 pour traverser Buenos Aires dans l’autre sens et arrivons une dizaine de minutes trop tard: impossible de retarder l’heure de décollage pour nous.

Heureusement TAM n’est pas une compagnie low-cost. Le personel est compétent et cherche plus à satisfaire le client qu’à lui facturer le maximum. Les deux employées cherchent donc une solution, et nous proposent Milan ou Zurich, dans 3 jours. Nous réfléchissons pendant qu’elles s’occupent d’un autre passager. C’est là que notre bonne étoile/bon karma nous sauve: alors qu’elle recommence à regarder les options possibles, elle nous annonce que deux sièges viennent de se libérer sur le vol du lendemain. Elle réserve tout de suite et nous ré-émet les billets pour une deuxième fois, le tout sans aucune différence de tarif ni pénalité à payer de notre part. La bonne étoile continue de briller: il y a du wifi dans l’aéroport et mon vol Madrid-Lyon, via une compagnie low-cost a été avancé il y a quelques semaines. Je peux donc légitimement demander un changement sans frais et trouve une place sur le vol du lendemain. Au final nous avons juste un décalage de 24h. Il ne nous reste plus qu’à trouver un hôtel et à se lever tôt le lendemain. Nous prenons le moins cher que nous trouvons, Arribo, qui est moche et glauque, mais à seulement quelques km de l’aéroport: même en cas de grèves de bus, nous pourrons y aller à pieds.

Moins de 48h après, arrivés juste à temps pour Noël, nous pouvons déguster un “Chocolate con Churros” à Madrid.

 

Bienvenidos a Nueva Zelanda, la tierra donde la fantasía se convierte en realidad

 

Pasamos las Navidades en casa y con la llegada del año nuevo pusimos rumbo a Nueva Zelanda. Efectivamente, estas islas están en las antípodas, porque el viaje duró algo más de un día. Salimos de París, hicimos unas horas de escala en Kuala Lumpur y retomamos el viaje hacia Auckland, la ciudad más grande de la tierra de los Kiwis.

 

El recibimiento en el aeropuerto de Auckland no sé muy bien cómo describirlo, más que nada porque llevábamos un empanamiento impresionante después de un vuelo de más de veinticuatro horas. Para empezar pasamos un arco donde se estaba recitando, en modo bucle infinito, una plegaria en maorí para dar la bienvenida a los viajeros y desearle un viaje seguro, y para seguir, había alusiones al Señor de los Anillos por todas partes. También había carteles muy amenazadores, que decían que si te pillaban con alimentos en la aduana eras poco más que un terrorista.

 

El jetlag fue brutal, doce horas de diferencia horaria, y para ser sinceros, llegamos al hostal como unos zombies. No sabíamos si era de día o de noche o la hora de comer o de cenar, nuestro biorritmo estaba completamente confundido. Decidimos que lo mejor era dormir un par de horas y luego salir a visitar la ciudad para empezar a hacer horarios normales.

 

Las dos horas de siesta se convirtieron en casi cinco y la visita de la ciudad fue un poco corta aunque intensa: cada dos minutos me asustaba porque veía a un “conductor” mirando hacia atrás en un cruce y, claro, es que conducen por la izquierda. Además, dado que el inglés de los Neozelandeses es casi incomprensible y que nuestro cerebro no estaba muy en forma, acabamos comprando la cena en un supermercado chino donde no entendíamos nada en las etiquetas de los productos. Fuimos a lo seguro comprando unos noodles y decidimos que mejor irse a dormir, porque el día ya había tenido suficientes emociones.

 

 

Auckland es una ciudad impoluta, no hay una colilla o chicle o papel en el suelo y hasta el más mínimo detalle está señalizado. Tan perfecta, que resulta aburrida. No pudimos evitar hacer comparaciones con Buenos Aires, la antítesis de Auckland, donde todo era un desastre, pero la ciudad estaba llena de vida. Auckland es muy vertical, con rascacielos impresioantes y calles relativamente estrechas. El centro no es muy grande, pero el puerto es muy bonito.

 

 

En cuanto a la población, hay muchos neozelandés descendientes de europeos, neozelandeses maoríes y asiáticos. Lo curioso es que todos los maoríes están gordos sin excepción y fundamentalmente se concentran en la zona de Auckaland y alrededores. Pudimos conocer parte de la cultura maorí en el museo de Auckland, donde se cuenta la historia de Nueva Zelanda tanto en el plano social como en el natural.

 

Los maoríes fueron los primeros pobladores de Nueva Zelanda. Los maoríes y polinesios eran un pueblo de pescadores que hace unos seis mil años emigraron desde el sudeste asiático hacia Indonesia y Nueva Guinea. Poco a poco y miles de años después, emigraron más y más lejos y fue así cómo llegaron a Nueva Zelanda. La cultura polinesia y maorí tiene muchos puntos en común en zonas geográficas muy alejadas, como Hawai o la Isla de Pascua, pero esto es porque todos tienen ancestros en común. Eran unos marineros excelentes, buenos conocedores del mar y la interpretación de las estrellas. En el museo había expuestas barcas y sigo sin entender cómo pudieron navegar por océanos con esos cascarones.

 

 

En el museo había todo tipo de objetos maoríes: totems,flechas, bastones, collares, escudos, objetos musicales, etc. Lo que más me impresionó fue lo bien que sabían tallar la madera, ya que había verdaderas obras de arte en todos y cada uno de los objetos.

 

 

Asistimos a un espectáculo de canto maorí y fue increíblemente bonito. Cantaban a capella uniendo voces, en un idioma completamente incomprensible para nosotros, pero con mucha armonía y elegancia. Interpretaron canciones sobre la vida cotidiana y temas relacionados con la recolección, la pesca o las estaciones. También pudimos escuchar y ver el baile del famoso Haka, la danza de la guerra que interpreta el equipo nacional de rugby en encuentros internacionales. Se me pusieron los pelos como escarpias, porque la canción fue subiendo de intensidad hasta parecer que todos los integrantes del grupo estaban poseídos.

 

 

En cuanto a la historia “moderna” de Nueva Zelanda, el primer europeo en llegar fue el holandés Abel Tasman por el 1650. Fue de casualidad que llegó allí, pero no se quedó mucho tiempo porque su misión era cartografiar el nuevo mundo. El siguiente en llegar fue el inglés James Cook, unos cien años después de Tasman, y decidió que ese territorio sería colonia británica. Nueva Zelanda se independizó de Inglaterra sobre el 1900.

Hubo algo que nos llamó mucho la atención y fue que en las monedas neozelandesas aparecía la esfige de Isabel II. ¿Por qué tienen a la reina de Inglaterra en sus monedas si ya no son colonia británica? Pues porque Nueva Zelanda forma parte de la Commonwealth, cuyo máximo representante es la reina Isabel II, y por tanto es su soberana. ¿Qué necesidad tendrán estos kiwis de tener una reina?¡Incomprensible!

Pasamos un par de días tranquilos en Auckland, aclimatándonos, y por fin fuimos a recoger la furgoneta que habíamos alquilado para empezar a recorrer la isla norte.

PD.- Las fotos no son muy buenas…. la culpa del jetlag. Mil disculpas

Mi Buenos Aires querido

Buenos Aires puso el punto y final a cuatro meses de periplos por Sudamérica. Con Buenos Aires me pasaba lo mismo que con Italia, era un lugar que había querido visitar desde pequeña. Yo creo que este deseo lo fomentó en parte el cine argentino, ya que películas como “Nueve reinas” o “El padre de la novia” me cautivaron desde la primera escena.

Esta vez nos alojamos en el microcentro, en dos hostales. Decidimos partir del primero porque no estábamos de acuerdo con su política de precios: si pagabas en pesos argentinos el precio de la habitación era más alto que si pagabas en dólares. Nos parecía mal que obligaran al turista a pagar en dólares y encima ellos se beneficiaran de la divisa, a un precio más bajo que el que habrían pagado en el mercado negro de divisas, pero lo peor es que nos tomaron por tontos diciéndonos que esta práctica era normal en toda Argentina. Lo único que consiguieron fue que pasáramos una noche y una mala opinión en hostelbookers.

Mi primer consejo para alguien que visite Buenos Aires es que compre en un kiosko la guía Guia-T (11-20ARS (2.80EUR)). Buenos Aires es enorme y la mayoría de los hostales sólo dan un mapa del centro, sin el transporte. Buenos Aires tiene cinco líneas de metro, pero lo más práctico para desplazarse es el autobús, porque hay unos seis mil colectivos que funcionan casi las veinticuatro horas. Cada línea es independiente y con un billete no se puede hacer transbordo, pero lo positivo es que probablemente, en cualquier punto de la ciudad, encontrarás un autobús que te lleve directamente a tu punto de destino.

Empezamos la visita de Buenos Aires en el Microcentro y Puerto Madero. En el Microcentro pudimos ver el Obelisco y la Casa Rosada en nuestro paseo hacia Puerto Madero. Puerto Madero es una de las zonas más modernas de Buenos Aires y se respira un ambientillo de oficina y restaurantes caros en los muelles del río. En Puerto Madero pudimos visitar la Fragata Sarmiento, que la mandó construir el presidente del mismo nombre. Su objetivo era ser un buque-escuela para formar a la juventud argentina. En total, se realizaron treinta y tres viajes a bordo de esta fragata y recorrió casi todo el mundo.

El día siguiente amaneció muy lluvioso y frío. Las calles estaban completamente desiertas y muchos de los comercios cerrados. No podíamos estar mucho tiempo en la calle sin calarnos hasta los huesos, así que visitamos el museo de Evita Perón. Antes de visitar el museo, en mi mente resonaban palabras como Peronismo, socialismo, Madonna, madres de la Plaza de Mayo. El museo me sirvió para aclarar la figura de Eva Duarte y su importancia para Argentina.

El drama en la historia de Evita empieza con su propia familia. El señor Juan Duarte era el padre de Evita, quien había fundado en provincias una familia ilegítima con Juana Ibarguren, la madre de Evita. El señor Duarte llevaba una doble vida y como disfrutaba de una posición bastante acomodada, podía mantener a las dos familias. La desgracia sobrevino cuando el señor Duarte tuvo un accidente de coche y murió. La familia legítima ni siquiera dejó a Evita y a su familia asistir al funeral de su padre. La familia de Evita quedó completamente desamparada y este acontecimiento la marcó profundamente.

La señora Ibarguren se mudó a otro pueblo y empezó a trabajar como costurera para poder sacar adelante a su familia. Evita iba allí al colegio y los maestros ya percibían sus dotes carismáticos. Le encantaba todo lo relacionado con el mundo del espectáculo y, por eso, a la edad de quince años decidió mudarse a Buenos Aires para emprender una carrera artística. No consiguió trabajar mucho como actriz, pero era bastante conocida como radiofonista.

Por aquellos años, un gran terremoto demolió la mayor parte del pueblo de San Juan y el general Perón, presidente de Argentina, diseñó una forma bastante original para recaudar fondos: se haría una competición a nivel nacional, otorgando reconocimiento a quien mayor cantidad consiguiera. Evita trabajó activamente en la recogida de donaciones y por eso estaba en la gala de condecoración de las actrices que más fondos habían recaudado en la colecta de solidaridad. Allí fue donde le presentaron a a Perón.

Al poco tiempo de conocerse, se casaron y Evita empezó a ejercer el papel de primera dama, algo que nunca se había hecho en la historia de Argentina, ya que las mujeres de los presidentes eran meros floreros. Su primera misión fue hacer una gira “diplomática” internacional para estudiar los sistemas de ayudas sociales en distintos países. En mi opinión, bastante coraje tuvo esta chica que siendo tan jovencita y con una educación que no se ajustaba a la magnitud de la tarea, pero parece ser que salió bastante airosa del encargo.

Poco después fundó la asociación Evita Perón. Estaba destinada a recoger a madres solteras para que no pasaran calamidades. Obviamente, el motivo de organizar centros de este tipo vino propiciada por su propia experiencia personal y la de su madre. De hecho, el museo de Eva Perón en Buenos Aires está instalado en uno de los antiguos centros de acogida.

Desde su fundación se organizaban todo tipo de actividades para tareas que no estaban cubiertas por el gobierno. Por ejemplo, se formaba a mujeres para que fueran enfermeras o se destinaba leche para todas las madres con hijos o se organizaban vacaciones en la costa para hijos de obreros, etc, etc.

Su fundación tenía un corte muy socialista y sus discursos eran bastante propagandísticos. La publicidad asociada a su fundación me recordaban bastante a los de un régimen dictatorial. Como es de preveer, la figura de Evita Perón era bastante polémica y, por un lado, los obreros la aclamaban y la consideraban una santa, pero por otro los ciudadanos pudientes la odiaban y la acusaban de influenciar la política de Perón.

Evita murió a los 33 años de un cáncer uterino. En el museo se podía ver el vídeo de su entierro, que lo hizo el mismo realizador que para el mariscal Foch en Francia. En el vídeo se podía ver cómo una marea inmensa de ciudadanos acompañaban al féretro. El cuerpo se expuso durante quince días y su destino final fue la sede de la CGT, donde Evita quería descansar.

Llegados a este punto del museo, hubo algunas cosas que no me quedaron del todo claras, como por ejemplo que el cuerpo de Evita estuviera expuesto en la CGT de contínuo o algunos poemas de sus hermanas hablando de daños en el cadáver. Esta confusión se vería aclarada en mi visita al cementerio de Recoletos, donde una excelente guía me explicaría el final del cuerpo de Evita con pelos y señales.

Por la tarde nos fuimos a visitar el barrio llamado Palermo, que es una zona de diseñadores y ambiente alternativo. Lo que más nos impresionó fue cómo en este barrio se aprovecha el espacio: hay locales que durante el día son tiendas y por la noche son discotecas. De hecho, podías tomarte una copichuela mientras echabas un ojo a trapos y zapatos. ¡Una idea genial! Aquí se hizo patente lo que en Aldea Luna nos habían contado: el Argentino tiene que ser imaginativo, porque para tener un negocio hay que levantarse muchas veces, después de que el gobierno y la administración te hayan puesto cien veces la zancadilla. Efectivamente en el barrio de Palermo esto quedaba patente. Los pequeños diseñadores no pagaban demasiado alquiler para poder exponer sus diseños y los dueños de los bares y pubs amortizaban el tiempo de desuso de sus locales durante la actividad principal.

Por la tarde-noche nos fuimos a la milonga La Rotonda. Las milongas son quedadas entre tangueron en sitios públicos. Hay de varios tipos (clásicas, sueltas, etc) y se pueden organizar en diversos lugares (bares, en plazas al aire libre, en asociaciones, etc). En La Rotonda había gente de todas las edades y estuvimos charlando con un habitual, que nos sugirió volver al día siguiente para dar clases de tango.

El día siguiente hicimos un tour por la ciudad con Jonh, un inglés que te explicaba la historia de Buenos Aires por una propina. Jonh llevaba viviendo en Buenos Aires unos cuatro años y se conocía la ciudad al dedillo, pero creo que la visita habría ganado mucho más con un verdadero Argentino, ya que heredaron la palabrería de los italianos.

Vimos el congreso, nos explicó sobre las madres de la Plaza de Mayo, nos contó que para la película de Madonna sobre Evita tuvieron que sobornar a algunos funcionarios para poder grabar en la Casa Rosada porque el pueblo se oponía y se manifestaba, nos habló de la época de opulencia y decrepitud de Buenos Aires, etc, etc.

Entre visita y visita dimos clases de tango con Alejandro Gee, un profesor magnífico y con una paciencia infinita (70USD (53.90EUR) la clase de hora y media). Como Fred y yo nunca habíamos bailado tango, empezó enseñándonos la postura de pase. Es un poco raro, porque hay que estar en equilibrio, ni muy hacia delante ni muy hacia atrás, unidos por un punto en el pecho que nunca debe separarse. El hombre tiene que dar las instrucciones con ese nexo de unión y la mujer tiene que saber interpretarlas, por su puesto, sin hablar. Es super difícil adivinar hacia donde se va a mover tu pareja y hay que estar a la escucha constante de su cuerpo y el tuyo propio, sin perder la postura encima. La mujer pasa el 80% del tiempo caminando hacia atrás y os aseguro que no es nada fácil. Yo sufrí bastante con estas clases, porque como sabéis la mayoría, yo no soy mucho de contacto físico y si hay algo que tiene el tango ¡es contacto! Menos mal que Alejandro era super profesional, porque creo que no hubiera sido capaz de bailar tan pegada con cualquier persona.

Alejandro nos explicó los entresijos de las milongas, como por ejemplo, que es la mujer que decide con quien baila y con quien no. En las milongas hay tres zonas: espacio para los caballeros, espacio para las damas y espacio para las parejas. Los caballeros deben hacer un ligero moviento de cabeza mirando a la señora a la que quieren sacar a bailar. Si la señora está interesada, entonces sonríe ligeramente, si no lo está, se hace la loca y mira para otro lado. La mujer nunca puede invitar a bailar a un hombre. Un poco machista, ¿no?

Al cabo de tres clases de hora y media parecía que Fred y yo habíamos conseguido compenetrarnos, pero lo único que hacíamos ¡era caminar juntos! Definitamente, el tango era más difícil de lo que parecía a primera vista.

Seguimos visitando sitios importantes de Buenos Aires, como el cementerio de Recoleta. Fue el primer cementerio de Buenos Aires y se inaguró 380 años después de la fundación de la ciudad. Antes de tener cementerio, los cadáveres se enterraban en los campos santos alrededor de las iglesias, o si se trataba de una personalidad, dentro de la iglesia mismo. El cementerio de Recoleta era al principio católico únicamente, pero luego se permitieron el resto de religiones, por lo que se pueden encontrar tumbas de distintos estilos. Las tumbas son propiedades, no concesiones por un cierto periodo de tiempo, por lo que se heredan de una generación a otra.

Hay muchísimos personajes importantes enterrados en ese cementerio (generales, presidentes, escritores, médicos), pero la tumba que más visita recibe y la que siempre tiene flores frescas es la de Evita Perón. En esta ocasión, Alicia, nuestra guía, nos explicó la historia del cuerpo de Evita.

A la muerte de Evita, Perón mandó llamar a un médico español para que trabajara en la conservación del cuerpo de la difunta. Este médico trabajó durante año y medio en el cuerpo, utilizando técnicas con parafina y otros materiales, asegurando así su conservación. El cuerpo de Evita quedó expuesto en la sede de la CGT para que todo el mundo que quisiera fuera a visitarlo. Mientras tanto, hubo un golpe de estado militar para derrocar a Perón, quien tuvo que exiliarse.

Se convocaron elecciones y Aramburu fue escogido como presidente. El gobierno de Aramburu, antiperonista a muerte, decidió que el cadáver de Evita debía desaparecer de circulación, porque corrían el riesgo de que el pueblo la ensalzara y la convirtiera en una causa santa. Así que una noche, asaltaron la sede de la CGT y robaron el cadáver de Evita. El cuerpo estuvo transitando por los rincones más sórdidos de Buenos Aires y, cuenta la leyenda, que uno de los encargados de custodiar el cuerpo en su casa asesinó a su propia mujer, embarazada, porque esta se levantó al servicio en mitad de la noche y el militar pensó que era alguien que irrumpía en su casa para llevarse el cadáver de Evita, así que disparó y la asesinó.

El gobierno de Aramburu decidió que no era buena idea tener a Evita en el territorio nacional, porque era como una patata caliente, que lo mejor era sacarla del país. El cuerpo viajó por Suiza, Francia, España y acabó en el cementerio Maggiore de Milán, bajo el nombre de Maria Maggis de Magistris.

Mientras, Perón estaba exiliado en Madrid y los peronistas seguían reclamando el cuerpo de Evita en Argentina. Un grupo de la resistencia secuestró a Aramburu y lo asesinó. Empezaron las negociaciones para intercambiar el cuerpo de Aramburu por el de Evita y el resultado fue que el cuerpo de Evita llegó a Madrid. Allí lo custodiaron Perón y su nueva mujer, Isabelita, una bailarina.

Tras el asesinato de Aramburu se volvieron a convocar elecciones. Perón volvió a presentarse como candidato y ganó las elecciones, pero falleció al poco tiempo. Recogió el testigo su mujer, Isabelita, quien no estaba preparada para gobernar el país.

Isabelita contruyó una tumba en la residencia presidencial para que los restos de Perón descansaran allí. Luego repatrió el cuerpo de Evita y ambos descansaron juntos.

El gobierno de turno, decidió en 1976, que el cuerpo de Evita debía descansar en el panteón de la familia Duarte, en el cementerio de La Recoleta. Y allí se encuentra, separada de Perón, que está en el cementerio de Olivos.

Cuando la guía terminó esta historia, teníamos todos los ojos como platos. ¡Menuda locura de historia! Alicia nos aconsejó que no intentáramos entender la historia de Argentina, que la aceptáramos y punto, porque si no nos íbamos a volver locos.

Y hablando de figuras emblemáticas argentinas, no podíamos irnos de Buenos Aires sin visitar el museo de Carlos Gardel, el símbolo por antonomasia del tango. El tango nació en los barrios populares de Buenos Aires y se bailaba entre hombres para lucirse delante de las mujeres y demostrar su hombría. Era un baile de las clases bajas hasta que algunos emigrantes lo llevarón a París y allí lo dotaron de letra e hicieron algunos cambios en la música. El tango volvió a Argentina completamente transformado y pasó a ser el baile que se identificaba con los porteños.

El museo de Carlos Gardel está ubicado en la casa en la que él residía con su madre. Era una familia de origen modesto, pero Carlos empezó a hacerse famoso como cantante en las salas de fiesta. De ahí, el cine llamó a su puerta. Hizo muchísimas películas y se convirtió en un icono de su época. Como toda leyenda que se precie, Carlos Gardel murió muy joven. Su muerte fue tan dramática como la de Evita: un accidente de avión en Cali, Colombia. Se decretó luto nacional y el cuerpo de Gardel partió en gira por toda sudamérica, con lo que tardó seis meses en llegar a Buenos Aires.

Una de las supersticiones de los porteños fumadores que quieren dejar de fumar, es que van al cementerio donde está enterrado Carlos Gardel y ponen su último cigarrillo en la estatua de Carlos. Así, Carlos fuma por ellos y les da fuerzas para dejarlo.  De locos….

Podría estar hablando de Buenos Aires infinitamente, porque la ciudad y la gente dio mucho de sí, pero este post ya es lo suficientemente largo así. Visitamos La Boca, visitamos Palermo, fuimos a una milonga muy elegante con música en directo con Cyrille y Sandrine, vimos manifestaciones y bailamos al ritmo de las batucadas que los barrenderos tocaban mientras se manifestaban, vimos como los porteños repasaban de arriba a abajo a sus compatriotas sin ningún tipo de reparo, escuchamos conversaciones de móvil que parecían culebrones, oímos canciones de tango que salían de apartamentos con ventanas abiertas, nos reímos cuando escuchábamos a los argentinos despotricar de la remierda del gobierno, etc, etc…

Buenos Aires es impresionante. La ciudad es un desastre, pero el ambiente que se respira es único y no lo había vivido en ninguna otra ciudad. Hubo dos cosas que nos perdimos :

  • La primera fue ver un partido de fútbol en La Bombonera. La liga se había acabado el fin de semana anterior a nuestra llegada, así que nos quedamos sin ver el ambiente que el deporte rey produce.

  • La segunda fue hacer una visita a un parque temático único en el mundo: Tierra Santa. Resulta que en uno de tantos viajes en autobús, vimos una película argentina ambientada en un parque temático católico, cual Eurodisney. Los desfiles simulaban pasajes de La Biblia, las atracciones eran también de temática religiosa y, por supuesto, podías encontrar por el parque a un Jesús cargando la cruz. Nosotros pensamos que había sido una locura del guionista, pero cuando llegamos a Buenos Aires nos enteramos ¡que el parque existía de verdad! Como no somos casi frikis, quisimos ir a verlo, pero sólo abría los fines de semanas, por lo que nos quedamos con las ganas.

     

Cinco días que dieron para mucho en Buenos Aires, pero había llegado la hora de volver a casa para pasar las Navidades con nuestras familias. Estaba todo planeado al milímetro: saldríamos el 21 de diciembre para pasar 10 días en casa y continuar luego nuestro viaje hacia las antípodas.

Llegó el día de nuestro vuelo y tomamos un autobús público para llegar al aeropuerto. Salimos con tiempo porque el autobús tardaba unas dos horas, ya que recorría Buenos Aires de arriba a abajo. Llegamos al aeropuerto unas dos horas y media antes de la salida del vuelo, cuando vimos que nuestro vuelo no se anunciaba en las pantallas del aeropuerto. Fuimos al mostrador de TAM y nos dijeron que nuestro vuelo salía del otro aeropuerto, que se encontraba en la zona opuesta de la ciudad. Fred no se había preocupado de mirar absolutamente nada, pero yo estaba confundida porque había visto el nombre del aeropuerto en el que nos encontrábamos en mi email. Nos aconsejaron tomar un taxi para intentar llegar a tiempo, ya que si no íbamos a perder el vuelo.

Teníamos dos horas y cuarto por delante, montamos en un taxi y cuando le dijimos a dónde íbamos y la hora de nuestro vuelo, nos miró y nos dijo: Voy a intentar hacer lo posible, pero que sepais que va a ser muy complicado. Y efectivamente así fue. Tardamos dos horas de un aeropuerto a otro, perdimos el vuelo y si no fuera poco, nos tocó aguantar la charleta del taxista que fue surrealista por momentos.

Llegamos al mostrador de TAM justo cuando se suponía que nuestro vuelo tenía que estar despegando, sin tarjeta de embarque y con mochilas para facturar. Nos tomaron los datos y nos dijeron que había habido un cambio de aeropuerto que nos habían notificado allá por el cuatro de julio (nosotros habíamos comprado los billetes en marzo). La chica del mostrador empezó a buscar soluciones, pero ninguna satisfactoria para no perder el vuelo transoceánico. Al final nos ofrecía ir a Milan o a Zurich, bastante poco práctico con los vuelos llenos en época navideña y pasando sólo diez días en casa.

Y ahí vinos a vernos la buena estrella. Otro pasajero llegó al mostrador con otro problema y empezaron a atenderle a él. Durante el rato que la señorita del mostrador le atendía, alguien anuló dos billetes para Sao Paolo para el día siguiente. Así pudimos conseguir el Buenos Aires- Sao Paolo que nos hacía falta para enlazar con el Sao Paolo-Madrid. Tuvimos una suerte impresionante, porque no nos cobraron absolutamente nada y pudimos viajar casi como teníamos previsto, pero con un día de retraso.

Puerto Madryn, Marineland, mais en vrai

Puerto Madryn, c’est encore la Patagonie. Pourtant il faut 20h de bus depuis El Chalten (en repassant par El Calafate, puis en changeant de bus à Rios Gallegos). Le paysage est invariable : on peut s’endormir 4h, se réveiller et avoir l’impression d’être au même endroit qu’auparavant.

Le vent d’ouest, perpendiculaire à la route, est omniprésent pendant tout le voyage. Heureusement, il ne souffle pas à 200km/h comme le jour où deux autobus se sont renversés ( http://www.radiopolar.com/noticia_68021.html ). Les véhicules roulant à droite, je me dit que ça pourrait être un bon trip de prendre ces routes interminables en kite-buggy.

Nous arrivons sous une tempête de sable : le vent vient des terres et souffle à 30 nœuds environ en soulevant toute la poussière de la Pampa sèche. Ça pique les yeux, mais ça nous donne à un coucher de soleil d’une couleur exceptionnelle. Une bonne météo pour dormir dans l’hôtel Ancla Sur, dont la spécialité sont les pancartes : « Le sucre est réservé aux petits déjeuners, merci de ne pas insiter », « La douche est limitée à 7min par personne », …

Puerto Madryn et la péninsule Valdès sont réputés pour leur faune marine : baleines, orques, otaries, … Nous arrivons à la fin de la saison des baleines, du coup on ne peux plus les observer depuis la plage, il faut prendre un tour en bateau, mais sans aucune garantie de les voir. Avec Marta, nous nous disons que nous nous rattraperons dans le Golfe de Gênes, un autre sanctuaire de cétacés, à quelques heures de Nice. Les otaries sont plus faciles à observer. Trois options :

  • louer un vélo pour aller à Punta Loma et les observer à marée basse lorsqu’elles sont toutes sur la plage
  • prendre une excursion en kayak, les kayaks étant mise à l’eau à quelques centaines de mètres de la colonie, et aller observer la colonie à marée haute, lorsqu’en l’absence de plage les otaries sont obligées de se mettre à l’eau
  • prendre une excursion palmes-masque-tuba (encore appelé PMT ou snorkeling) ou en plongée, 45 minutes de vedette depuis Puerto Madryn, qui se fait à marée haute aussi

Nous choisissons l’option PMT, qui est aussi la plus onéreuse. Deux agences proposent ce tour : Lobo Larsen et Scuba Duba. Lobo Larsen est un peu moins cher si on paye en dollars : en effet, le gouvernement argentin impose un plafond, ridiculement bas, à chaque citoyen qui désire changer des devises. C’est pourquoi les dollars, et dans une moindre mesure les euros des étrangers, sont toujours échangés à bon prix, souvent 2 ou 3 dixièmes de plus que le cours officiel.

Pour vendre le trip, qui coûte dans les 100€ par personne, le vendeur nous montre une vidéo où les otaries n’ont rien à envier au chien pour le titre de meilleur ami de l’homme : elles nagent avec eux, se laissent caresser, mordillent les doigts…

Nous passons la soirée à essayer de retirer l’argent nécessaire à la sortie, à l’hôtel et au trajet en bus. Pas facile, car en Argentine, les retraits sont plafonés. Finalement nous pouvons payer le trajet en bus directement en CB, et avons juste assez de liquide pour la sortie et l’hôtel.

Nous avons RDV le lendemain matin à 7h, horaires de marée obligent. Notre groupe est formé d’un couple de New Yorkais, de Roberto, un volubile retraité de Bueno Aires, et de nous mêmes. Viens le moment de s’équiper de combi néoprènes de 7mm : salopette, veste, chaussons, gants, cagoule. Avec ça on peut rester des heures dans l’eau à 16 degrés de Puerto Madryn. Le New Yorkais à quelques problèmes lorsqu’il essaye d’enfiler son bas de combi en gardant ses baskets:-D On peut dire à sa décharge que c’est la première fois qu’il porte du néoprène, mais je crois que même dans ce cas le bon sens devrait suffire.
Nous attendons la vedette, qui nous amène sur la colonie d’otaries. Le temps d’attendre que le groupe de la compagnie concurrente finisse (histoire de ne pas stresser ces animaux sauvages), nous nous mettons à l’eau aux alentours de 9h, pour 30minutes, la limite étant imposée par les autorités, toujours pour troubler un minimum la tranquillité des animaux.

Roberto a un petit moment de panique lorsqu’il se met à l’eau, et le guide à l’idée de lui donner la bouée de sauvetage du bateau, ce qui lui permet également de le tracter en utilisant le bout relié à la bouée. Ce montage ne fera pas peur aux otaries qui s’approchent de lui. L’interaction avec les animaux n’est pas aussi intime que sur la vidéo de démonstration, mais nous les voyons nager à quelques mètres de nous, et il faut bien penser à regarder dans toutes les directions car des fois ils sont juste derrière.

Nous remontons dans le bateau et prenons le maté en revenant sur Puerto Madryn. On nous donne RDV le soir à l’agence pour récupérer la vidéo (qu’il faut payer en supplément). Elle a été filmée avec un compact haut de gamme dans une carcasse étanche et la qualité est du coup bien supérieure à celle d’une GoPro ou d’un compact étanche.

Conclusions sur la sortie :

Quelques petits détails pourraient être améliorés :

  • l’heure de départ : malgré un RDV matinal à l’agence, nous sommes arrivés sur la colonie alors que la marée avait déjà commencé à baisser. Du coup une grosse partie de la colonie n’était pas à l’eau. Un peu moins de temps morts aurait pu améliorer ça
  • l’absence de plombs pour ceux qui le désirent : avec 2x7mm de néoprène, sans plombs, c’est très difficile de plonger sous l’eau. J’avais pourtant demandé des plombs, mais on me dit que ça ne sert à rien, car tout se passe à la surface. Or ce n’est pas totalement vrai car même s’il n’y a pas beaucoup de fond, les otaries passent des fois au raz du fond. De plus, pour ceux qui ont l’habitude, on se sent bien plus à l’aise.
  • la vidéo de démonstration permet certes de vendre, mais, en montrant les meilleurs images des année antérieures, elle place les attentes au dessus de ce qu’on peut attendre d’une sortie moyenne

Comment aller nager avec les otaries pour son propre compte, sans guide, et sans bateau :

  • déjà il faut avoir le matériel : palmes-masque-tuba et combi pour de l’eau à 16 degrés
  • ensuite il faut se rentre au « mirador » d’où on peut observer la colonie à pieds, s’équiper et se mettre à l’eau en contournant la colonie. Surtout ne pas traverser la colonie pour se mettre à l’eau et regagner le large, c’est interdit car ça dérange les animaux
  • nager à 30m du bord et s’approcher de la colonie par le large, sans aller à moins de 15-20m du bord
  • attendre, ce n’est pas l’homme qui s’approche des otaries, mais les otaries qui s’approchent de l’homme. Elles sont plutôt de nature curieuse, et surtout ne craignent aucun prédateur dans le golfe de Puerto Madryn

Le lendemain, nous faisons un tour sur la plage, en attendant notre dernier grand trajet en bus qui nous mène à Bueno Aires, dernière étape en Amérique du Sud.

Puerto Madryn, el paraíso de la fauna marina. Nadando con lobos marinos.

 

Teníamos que llegar desde el sur de Argentina hasta Buenos Aires y eso nos iba a llevar al menos dos días. Para romper la monotonía de tantas horas de autobús decidimos que lo mejor era hacer parada en Puerto Madryn.

Puerto Madryn está en La Patagonia, pero se encuentra a unas veinticinco horas de autobús desde Ushuaia, así que ya podéis imaginar la inmensidad de esa región. Échabamos una cabezadita en el autobús y cuatro horas después el paisaje no había cambiado mucho, parecía que seguíamos en el mismo sitio.

Puerto Madryn es conocido por su fauna marina. En la Península Valdés, a unos treinta minutos de Puerto Madryn, se pueden avistar ballenas, lobos marinos, orcas y leones marinos. A una hora de Puerto Madryn, en Trelew, se puede visitar una colonia de pingüinos. Los lobos marinos y los leones marinos son colonias estables, pero el avistamiento del resto de animales depende de las migraciones. Por ejemplo, la ballena franca austral sólo se puede ver desde junio hasta mediados de diciembre.

 

Llegamos a Puerto Madryn sumergidos en una tormenta de arena. Era una locura, pero gracias a la tormenta, vi el atardecer más espectacular que he visto en toda mi vida. Nunca había visto el cielo de ese color rojizo. Nos instalamos en el hostal El Ancla Sur, bastante cutre y con bastante mal rollo. Había carteles con prohibiciones estúpidas en cada pared y en cada puerta, además escritas con bastante sorna. Por ejemplo: “No utilizar el azúcar, es para el desayuno. Por favor, no insistas”, lo que era completamente estúpido porque el azúcar estaba guardado en un armario con un candado. En fin, allá cada cual… Pasamos la noche de rigor y al día siguiente nos fuimos a otro hostal mucho mejor por el mismo precio.

Empezamos a explorar las opciones de actividades que había y el avistamiento de ballenas lo descartamos en seguida. Por desgracia, habíamos llegado a dos días del final de la temporada y ya no era seguro que viésemos ninguna ballena. Para visitar la Península Valdés había que alquilar un coche o limitarse a ver sólo una parte de la península si se elegía la opción del transporte público, así que no era muy práctico para nuestro presupuesto. La última opción y la que más nos atraía a los dos era la de los leones marinos. Había varias formas de ir a verlos:

  • alquilar una bici e ir hasta Punta Lomas y verlos desde el mirador cuando la marea está baja y todos los leones están en la playa

  • contratar una excursión en kayak, donde la compañía lleva los kayaks hasta Punta Lomas, los mete en el agua y tú haces un paseo durante un par de horas por tu cuenta durante la marea alta.

  • contratar una excursión para hacer snorkeling durante cuarenta y cinco minutos con los leones marinos durante la marea alta, con desplazamiento hasta Punta Lomas en lancha.

Por desgracia, nos enteramos demasiado tarde de la opción en kayak, ya que era la mitad del precio que la del snorkeling. Como ver los lobos marinos de lejos no nos covencía, escogimos hacer snorkeling. Como operador contratamos a Scuba Duba, para dos personas por 1550ARS (217.00EUR) más 100ARS (14.00EUR) por las fotos y el vídeo de la excursión. Las prestaciones consistían en el transporte en el equipamiento (neopreno de siete milimímetros imprescindible porque el agua estaba bastante fría), el transporte en lancha, un guía dentro del agua, un fotógrafo, una bebida caliente, una ducha a la vuelta y un máximo de seis personas en el grupo. El horario de salida dependía de la marea alta y en este caso la cita era a las siete de la mañana. ¡Lo que hay que sufrir para ver a estos animalejos!

En el grupo nos tocó con una pareja de neoyorkinos y Roberto, una abuelito argentino que tenía una marcha increíble y no tenía ni un pelo en la lengua. Los neoyorkinos eran simpáticos, pero un poco callados (y eso que hablábamos en inglés), pero con Roberto nos lo pasamos en grande, con sus historias para no dormir. Echaba unas miraditas de arriba a abajo a todas las mujeres y se veía a cien leguas que tenía antepasados italianos 😉 Había empezado su carrera profesional como aprendiz de fresador y había acabado como jefe de fábrica. A sus setenta y nueve años seguía en activo, de forma particular, e iba a bailar cuatro veces a la semana tango en su Buenos Aires querido.

 

Nos pusimos los neoprenos, hicimos las presentaciones en la lancha y nos pusimos de camino a Punta Lomas. Los cuarenta y cinco minutos de snorkeling se resumen en este vídeo, porque más vale una imagen (o muchas) que mil palabras:

Como impresión, pues que los lobos marinos pueden parecer torpes en tierra, pero son unos nadadores avezados. Son muy rápidos y en cuanto te quieres dar cuenta, ya han desaparecido. Los machos son muy muy grandes y en algunos pudimos observar las cicatrices de peleas con otros machos. En general, son curiosos, y no les importa acercarse para ver qué son esas cosas raras que están flotando en el agua.

Otro de los puntos a destacar de nuestra visita en Puerto Madryn es que pudimos vivir en nuestras carnes el esplendor del valor del dinero en Argentina. Dos anécdotas:

  • La primera anécdota está relaciona con las divisas extranjeras.

Los argentinos tienen prohibido comprar divisas extranjeras, ley que se instauró allá por el corralito. Si un argentino tiene que viajar al extranjero y tiene que comprar divisas para su viaje, tiene que hacer un papeleo inmenso y está limitado en cantidad. Es por eso, que hay un mercado negro de cambio de divisas. Lo mejor de todo, es que es el propio gobierno quien fomenta ese mercado negro, ya que son ellos los únicos que pueden acceder a las divisas. No sé si me he explicado bien, pero es que es una cosa de locos.

En algunos de los operadores de turismo de Puerto Madryn, te daban dos precios distintos cuando ibas a preguntar. Uno en pesos argentinos y otro en dólares. El precio en dólares era mucho más barato que en pesos argentinos, ya que ellos te compraban el dólar por encima de su precio real. Todo el mundo ganaba, el turista porque tenía un precio más barato y el argentino porque conseguía divisas a precios muchos más bajos que el mercado negro.

Lo que quiere decir esto es que los argentinos han aprendido muy bien la lección y desde el corralito ya no se fían de su propio gobierno. ¡Todos tienen sus ahorros debajo del colchón!

  • La segunda anécdota está relacionada con la imposibilidad de utilizar tu propio dinero

Habíamos tenido bastantes gastos de seguido y bastante altos, porque habíamos tenido que comprar dos billetes de autobús para trayectos muy largos y el pago de la excursión de los lobos marinos. Cuando fuimos al cajero automático nos salió un error diciendo que no teníamos suficiente dinero en nuestra cuenta. A mí me extrañó muchísimo porque sabía que sí tenía, pero supusimos que era un error por parte de ese banco. A la mañana siguiente retiramos algo de dinero, pero por la tarde nos volvió a dar el mismo error.

Hablando con gente de Puerto Madryn nos enteramos de que en Argentina hay una cantidad máxima que se puede retirar al día, que son unos mil pesos. Si no los sacas un día, al día siguiente no puedes sacar dos mil. ¡Otra cosa de locos cuando tienes dinero en tu cuenta!

Lo que pasaba en Puerto Madryn era curioso, había colas en los cajeros por la mañana y por la tarde no quedaba ni un peso en los mismos, estaban completamente vacíos.

Otra de las cosas que nos explicaron es que cuando haces compras superiores a cierto importe, tienes que justificar la procedencia del dinero, dando igual que pagues al contado o con tarjeta de crédito. El papeleo es tan imposible y la cantidad es tan irrisoria, que para comprar una tele tienes que justificar. Lo que tienen que hacer todos los argentinos es comprar a crédito, así no tienen problema. Que quieres una tele, pues ¡pides un crédito!, aunque tengas tu dinero ahorrado honestamente en el banco. Como podéis ver, es un sistema completamente perverso pensado por y para los bancos, para que puedan generar más y más beneficios.

Al día siguiente pusimos rumbo a Buenos Aires, nuestro destino último en sudamérica.

El rey de los picos : El Fitz Roy

 

Llegamos a El Chaltén en un soleado atardecer. Nos dirigimos directamente al hostal que Pascal y Cyrille nos habían recomendado y regateamos el precio de la habitación hasta conseguir 50ARS (7.00EUR) en dormitorio compartido. Habíamos viajado bien cargados, con la compra hecha para los próximos días, porque Pascal y Cyrille nos habían advertido que los precios en el pueblo estaban por las nubes. Así que sólo nos quedaba informarnos un poco sobre dónde había que dirigirse para empezar los trekkings que queríamos hacer: La laguna de los tres y la Laguna Torre.

El Chalten es pequeñito y está lleno de restaurantes y galerías de arte. Hay detalles en todos los rincones y le dan cierto carácter al pueblo, aunque todas las construcciones son bastante nuevas. En una de las tiendas, donde Fred se compró un mate, pudimos comprobar cómo la fama de los argentinos no es infudada: están todos de loquero. La dependienta y otra amiga suya estaban hablando de un reportaje sobre la educación que una de ellas había visto y la conversación era de lo más delirante. Psicoanalizaban hasta el más mínimo detalle del reportaje, poniendo cada punto en tela de juicio, para al final no concluir en nada. ¡De locos!

Decidimos que la primera caminata que queríamos hacer era la Laguna de los Tres, por ser la más exigente. Sabíamos que duraba unas ocho horas, unos veinticinco kilómetros y que era una “rompe-rodillas”, porque había que subir bastante desnivel por piedras. Nos habían comentado que el camino estaba bastante bien balizado y que no tendríamos problemas.


Nos levantamos bastante pronto y preparamos todo lo que necesitábamos para el día. Cuando salimos del hostal, ya nos dimos cuenta de que había mucho más viento que el día anterior, pero decidimos ponernos en marcha. El día estaba soleado, pero detrás del Fitz Roy ya se veían nubarrones. Nada de todo esto nos desanimó y empezamos a caminar.

A los cinco kilómetros empezó a llover y el viento soplaba a rachas. El Fitz Roy estaba completamente cubierto y ni si quiera se veía el glaciar. Nos cruzamos con bastante gente dando la media vuelta, pero aún así nosotros decidimos seguir. Sobre los diez kilómetros era imposible continuar, las rachas de viento casi no nos dejaban caminar y se puso a granizar. Era una cosa de locos, porque tan pronto salía un tímido sol como caía una lluvia torrencial, eran cambios que se producían en minutos. Ya nos habían advertido sobre el tiempo en Patagonia, pero hasta ese momento, no lo habíamos vivido en nuestras propias carnes. Recordamos cómo nos habían contado que dos autobuses habían volcado en las Torres del Paine, justo después de irnos nosotros, por ráfagas de viento de doscientos kilómetros por hora. Lo que nos había parecido bastante inverosímil empezaba a parecernos posible viendo lo que estábamos viendo. En un alarde de buen juicio, decidimos darnos la vuelta y volver al Chalten. Podríamos volver al día siguiente.


Nos pasamos la tarde ganduleando y sobre las ocho vimos cómo el Fitz Roy estaba completamente despejado. ¿Se estaba riendo de nosotros este pico? Comprobamos el tiempo para el día siguiente y según la previsión no habría mucho viento. Quizá el clima inclemente de Patagonia nos daría un respiro.

Segundo asalto, con las pilas puestas y más temprano que el día anterior. Empezamos a subir y todo parecía ir a la perfección. Buen tiempo, el Fitz Roy visible y atrayéndonos cual imán atrae el metal, bastante gente por el camino y caminando deprisa por las partes ya conocidas. Los primeros once kilómetros eran semiplanos, pero en el último había que subir trescientos metros de desnivel por camino de piedras. Lo bueno, es que las Torres del Paine nos habían servido como entrenamiento y en este trekking íbamos adelantando a bastante gente, cuando normalmente es lo contrario. Parecía que estábamos en forma y no tuvimos ninguna dificultad en superar el desnivel.

Lo malo llegó en la cima. El viento se había ido levantando poco a poco y en lo más alto ya casi ni me podía mantener en pie. Cuando llegaban las ráfagas me tenía que sentar y ponerme de espaldas al viento porque la arenilla se clavaba como alfileres en la cara. Conseguimos refugiarnos detrás de una piedra, casi en la base del Fitz Roy, pero faltaba subir por una pequeña cuesta para poder ver la laguna. Ese terraplén estaba muy expuesto al viento y aguardamos para analizar las dificultades de la gente que ya estaba subiendo. Por un momento pensé en no subir, pero me daba muchísima rabia, porque era como quedarse con la miel en los labios. Tras un cuarto de hora, decidimos que subiríamos. Caminaríamos los dos agarrados de las manos utilizando nuestros bastones y nos sentaríamos antes de que llegaran las ráfagas de viento. Esta estrategia nos dio estabilidad y al final pudimos subir seguramente.

Tanto esfuerzo obtuvo su recompensa y pudimos ver la Laguna de los Tres. No sé qué tiene el Fitz Roy, pero es la única montaña que ha conseguido atraerme. Es como si entonara un canto de sirena y sabes que irremediablemente tienes que acercarte a él.

El descenso fue sin mayor problema. El viento se había calmado y había sol. Como previsto, tardamos unas ocho horas: ¡por una vez estábamos en la media! 🙂

Esa noche tenía las piernas muy cansadas, así que me apliqué la crema que mi amigo Enrique me aconsejó para piernas cansadas. Parecer ser que la crema surtió efecto, porque al día siguiente estaba como nueva para el trekking de la Laguna Torre. Fred , que había sido muy escéptico con respecto a la eficacia de la crema, ¡se la aplicó la noche siguiente!

El trekking de la Laguna Torre fue mucho más tranquilo y menos exigente. La Laguna Torre está situada en la otra cara del Fitz Roy y para llegar a ella hay que recorrer una pradera enorme. La caminata fue bonita, pero no tanto como la de la Laguna de los Tres.

Al día siguiente pusimos rumbo a El Calafate de nuevo, para enlazar con un autobús que nos llevaría a Puerto Madryn.

Le roi Fitz Roy

Nous arrivons sous un fort vent d’Ouest à El Chalten. Au printemps et en été le vent est omniprésent ici, et souffle en rafales en venant de derrière les montagnes. S’il était plus régulier ça en ferait une excellente destination kitesurf dans les nombreux lacs avec icebergs en guise de tremplins ou « slider ».

Sur les conseils de Pascal et Cyrille, nous avons fait le plein de provisions (car les denrées sont hors de prix ici), et allons nous loger dans l’hôtel face à la gare routière, 50ARS (7.00EUR) en dortoir sans petit déjeuner. C’est du low-cost, avec des matelas déjà usés alors que l’hôtel est neuf, mais au moins les sanitaires sont propres.


Si au Chili les baba-cools vont à San Pedro d’Atacama, ceux d’Argentine vont en Patagonie : ici c’est reggae et boutiques « design ».

Le gros avantage d’El Chalten, c’est que les activités sont gratuites : trekkings à la journée en partant directement du village. Ils sont très bien balisés, il faut juste repérer où se trouve le départ des randos : « Laguna de los Très » au Nord-Ouest et « Laguna Torre » au Sud-Ouest du village.

Nous commençons par le grand classique « Laguna de los Tres ». Mais après 8km, la pluie horizontale et le vent nous font douter : nous allons nous geler et en plus nous ne verrons rien du Fitz Roy. Effectivement, le ciel ne s’est dégagé qu’à 19h. Ici, le climat est finisterien-montagnard : le temps change toutes les deux heures et alterne ciel bleu sans vent, vent de 100km/h avec ou sans pluie, nuages passant à toute vitesse, etc…


Le lendemain, le temps est plus clément. Nous traversons tout de même des nuages de pluie, mais nous attaquons la montée finale sous un ciel bleu. Si 10 premiers kilomètres de la alternent pentes douces et plat, le dernier kilomètre est une montée raide de 300m de dénivelé. Nous arrivons au replat final qu’une petite colline de pierres sépare du lac gelé, sous un vent dépassant parfois les 100km/h. Abrité derrière un gros rocher, nous choisissons notre stratégie pour attaquer la colline finale, sans risquer de se blesser : marcher rapidement entre les rafales en se tenant par la main pour augmenter notre hyperstaticité (à 4 pieds et deux bâtons nous aurons plus d’équilibre qu’à 2 pieds et un bâton), et s’asseoir par terre lorsque vient la rafale. Après une vingtaine de minutes à attendre une accalmie, nous pouvons enfin monter et admirer le Fitz Roy surplombant le « Launao de los Tres ». La seule victime du vent a été ma paire de lunettes qui s’est cassée en tombant après avoir été arrachée par le vent.

 

Un autre moment d’accalmie nous permet de redescendre.


Lors de cette rando, nous avons eu l’impression d’avoir enfin le rythme randonneur. Si habituellement, nous sommes en permanence doublée, pendant cette rando, nous montons au même rythme que la plupart des gens, et il nous est même arrivé de doubler des groupes. Il était temps après 2 années à randonner presque toutes les semaines !

Sur notre lancée, nous décidons le lendemain de faire la rando de la « Laguna Torres », qui se rend également au pied du Fitz Roy, mais de l’autre côté. Marta est fringuante grâce à sa crème « jambes fatiguées ». Nous partons sous un ciel clair, mais arrivons avec nuages et pluie, ce n’est pas le bon jour pour avoir une belle vue du Fitz Roy.

Nous repartons le lendemain en bus dans la pampa ventée en direction de El Calafate, où nous sommes obligés de repasser afin de nous rendre sur la côte.


Des glaçons dans le Pastis

El Calafate ressemble à une station de ski : des échoppes en bois et des hôtels design.

Nous logeons à l’hôtel « I Keu Ken », élu meilleur ambiance de l’année 2011 sur Tripadvisor. C’est vrai que c’est joli, mais c’est le double du prix de l’hôtel qu’ont choisi Cyrille, Sandrine et Pascal, « Los Nietos ». Nous allons manger à leur hôtel le soir et faisons la cuisine ensemble. Sandrine se repose à cause de son genou et Cyrille et Pascal sont allé voir le mont Fitz Roy pendant que nous visitions la colonie de pingouins. Ils en parlent avec des étincelles dans les yeux… Et manger là-bas nous permet de ne pas regretter l’asado open-bar à 90ARS (12.60EUR) auquel nous n’avons pas participé, étant donné que c’est quatre fois le prix que nous avait coûté l’asado inoubliable de Mendoza.

L’attraction principale de la ville est le glacier « Perito Moreno » à 80km à l’ouest. Pour aller le voir, plein d’options existent : trekking avec guide, kayak avec guide, bateau à moteur, bus, voiture. Pour le fun je me renseigne sur l’excursion en kayak : la sortie de 2h30 coûte le prix du kayak Sevylor que j’ai acheté à Décathlon (250€). L’option la moins cher reste le bus, 110ARS (15.40EUR) pour le trajet aller-retour, et 100ARS (14.00EUR) pour l’entrée du parc. Il y a plusieurs compagnies qui proposent ce service, nous prenons la moins cher qui reste une heure de moins au glacier que les autres, mais 4h face au glacier sont bien suffisantes. J’étudie l’option de louer un vélo de route, mais nous sommes freinés par la distance, 160km aller-retour. Bien nous en a pris, car sur la route les bus roulent à toute vitesse et lorsqu’ils se croisent, ils ne laissent aucune place à un éventuel vélo.

Au passage, je repère un endroit où on peut potentiellement mettre à l’eau un kayak, à condition bien sûr d’y aller en voiture de location. Je doute que le bus accepte de transporter un kayak. C’est à 2 miles du glacier, soit moins d’une heure de rame.

Après le glacier Campo Sur vu depuis le cargo de Navimag, le glacier Grey et le glacier Français, vu pendant le trekking aux Torres del Paine, ça fait le quatrième glacier que nous voyons. C’est de loin le plus impressionnant des quatre : 70m de haut, 30km de long, et hyper-actif : il avance de 2m par jour, et a déjà divisé en deux le lac qui se trouve devant, et certainement en raisons de la différence des bassins versants, ils ne se trouvent pas au même niveau et une rivière passant sous la glace s’écoule entre les deux parties. Son activité et sa taille fait que les chutes de blocs de glace sont fréquentes et impressionnantes. D’ailleurs, par sécurité, le bateau ne s’approche pas à moins de 50m. Il faut savoir que par le passé 32 personnes sont mortes en raison des projections de glace.

Le glacier s’observe depuis un cap qui lui fait face. Il a été aménagé d’un impressionnant réseau d’escaliers et de plate-formes.

Plus le soleil tape et plus les chutes de glace sont fréquentes. Cependant, il faut une bonne dose de concentration et de réflexe pour arriver à les prendre en photo ou vidéo.

Le soir nous restons plus d’une heure à comparer les tarifs et nous renseigner sur les itinéraires pour la suite de notre voyage : nous voulons à tout prix aller à El Chalten pour voir le mont Fitz Roy. Nous pouvons ensuite continuer en 20h de bus jusqu’à Bariloche dans les montagnes ou alors revenir à El Calafate pour aller sur la côte atlantique. Nous choisissons l’océan pour varier un peu.

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